martes, febrero 07, 2006

El pichon de Schiavi

Y el domingo lo vi seguro, y cuando tuvo que reventar lo hizo. Y esa firmeza me convence. No como la vieja chota esa que estaba al lado creyendo que Silvestre era Gago y cada vez que reventaba una bocha lo puteaba. Que sabes vos de futbol vieja!!!

Y para colmo metio un gol....seguro que el flaco se cagaba de risa...


BOCA: "En la cancha pongo cara de malo"Silvestre íntimo, en Mercedes: "El 2 de Boca debe ser feo y pegar patadas". Para leer con canilleras. Pablo Vicente pvicente@ole.com.ar

—Perdone jefe, ¿cómo hacemos para llegar a la calle 33?—¿Van a la casa de Silvestre?Basta con una parada y una pregunta en la primera estación de servicio de Mercedes para confirmar que Matías Silvestre, el nuevo 2 de Boca, el autor del gol que abrió el baile ante Lanús, es el ciudadano ilustre del momento de esta ciudad con encanto pueblerino y lujo residencial. Y en la calle 33, a unas 15 cuadras del centro, ahí donde se acaba el pavimento y comienza el ripio consolidado como para darle un toque más agreste al barrio, en su casa de toda la vida espera a Olé una de las figuras de Boca del domingo. Todavía más cómodo de lo que parece en la cancha con apenas un par de partidos como titular. Rodeado de verde y sol. Con la panza llena por el asadito con el que lo recibió la familia y el corazón contento por las buenas que, al fin, empiezan a venir..."Esto lo valoro y lo disfruto el doble porque me costó muchísimo. Estuve diez años en Boca esperando la oportunidad. Primero los viajes dos veces por semana (son 100 kilómetros), luego todos los días... Mi papá se turnaba con los de otros chicos que también iban a entrenarse a Buenos Aires. Muchas veces iba en tren porque era más barato. Otras, en micro. Me levantaba a las 5.30 y volvía a las cuatro de la tarde. Pero nunca me quejé ni quise dejar. Iba con ganas", recuerda Matías de aquellos primeros tiempos desde la veteranía de sus 21 años. Mientras el batallón de amigos y familiares que se juntó en la casa para felicitar al nene aprovecha la tarde en el deck de la piscina, al lado de la canchita de fútbol privada en la que el menor de los cuatro hermanos pateó sus primeras pelotas, el Silvestre jugador camina dos cuadras para contar todo desde el principio y desde el lugar de los hechos..."Este es el club Mercedes", lo presenta con cariño, mientras recoge las felicitaciones del portero Julio César Grassi y de algunos vecinos que lo descubren de vuelta por el pago —ahora vive en Palermo—, y enseguida retoma el relato: "En esta canchita me descubrió Ramón Maddoni. Jugaba de 8 y me primer técnico fue Cristian Mosca. Y en esa construcción que está atrás, que iban a ser vestuarios y nunca se terminaron, jugábamos a las escondidas". Ramón le echó el ojo, Matías empezó a viajar a Buenos Aires y cuando ya se soñaba en Primera repitiendo los ejemplos de Burdisso y Matellán, empezaron los cachetazos: "En 8 arranqué como marcador central pero no me ficharon. Igual, seguí practicando. Y en 7, por una lesión, me pasó lo mismo y también seguí entrenándome. Recién en 6 pude fichar para los torneos de la AFA y Mastrángelo me puso de volante central". En esa posición, de la mano de Carlos Bianchi, llegó a Primera. Pero no sería el puesto definitivo: "Para mí no fue una pérdida de tiempo jugar tantos años de 5. Al contrario. Me dio más confianza con la pelota, mejoré la técnica... Le había tomado cariño al puesto. Y cuando Brindisi me empezó a poner de vuelta de central, no quería saber nada. Hasta que Benítez me dijo que me iba a tener en cuenta sólo de marcador central. Ahí estuve cerca de irme a España, pero entendí que era otra prueba. Luego de las que pasé, me siento muy fuerte. De acá no me mueve nadie. Pero tengo que hacer las cosas bien los domingos".—¿En el partido dontra Lanús te sacaste un diez?—Me vino bárbaro, porque para mí éste era otro debut, justo mi primer partido de titular en la Bombonera en esta nueva era. El fútbol tiene estas cosas que se dan cuando menos las pensás, porque yo lo único que quería era marcar bien y que no nos hicieran goles. Y encima estaba un poco nervioso porque no habíamos arrancado firme. Y justo llegó el gol. Siempre voy al arco con convicción, pero de ahí meterla... No soy un defensor goleador como Schiavi, pero con confianza y trabajo ya sé que todo se alcanza.—

Se dice que el 2 de Boca tiene que ser duro, recio...—
...ser feo y pegar patadas. Y yo también lo creo. Yo tengo 21 años y soy muy tranquilo, pero cuando entro a la cancha me transformo. Pongo cara de malo y peleo lo mío. Y si hay que pegar alguna patada o revolearla, lo hago.

Eso es un 2 señores!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Primero el flaco, despues Juan Simon, y despues Bermudez.....

Me di cuenta de que esa agresividad es necesaria, sobre todo en este puesto, y la fui incorporando en los últimos años.


—Si pudieras robarle una virtud a Schiavi, ¿cuál sería?—La personalidad y la manera de prepararse para los partidos importantes. Los días previos ya lo veías concentradísimo. Y ahí el Flaco nunca fallaba...

—¿Sentís que los delanteros te encaran a vos por ser el pibe?—No. Y si pasó en estos últimos partidos, no me di cuenta.—¿Cuál fue el primer consejo que te dio el Coco Basile?—Me dijo que jugara simple, que no me complicara y no mirara la pelota sino al delantero. "La pelota no entra sola, pibe", me dijo. El Coco sabe mucho de fútbol...—¿Ahora vas por tu primer título como titular?—Me gustaría ganarlo, lógico, y es el objetivo. Pero no me enloquece eso. Ojo, sigo con hambre de gloria y no me relajé de ninguna manera, pero yo ya di alguna vuelta en Boca y sobre todo gané el campeonato que quería, que era llegar hasta acá. Ahora quiero ir partido a partido y afirmarme. Y si viene el título, mejor.—Al menos el domingo ya apareció el campeón...—Sabíamos que esto iba a pasar. Esperábamos este partido, porque no habíamos arrancado bien. Y esto viene bárbaro: nuestro objetivo es el bicampeonato...

Lo dice serio y con el seño fruncido. Con cara de malo. Y entonces hay que creerle...

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