Los argentinos se desayunaban con una nueva moratoria impositiva; Ferrocarriles Argentinos despedía a 100 empleados por una huelga; el por entonces subcomisario Patti quería abandonar la investigación del crimen de María Soledad... La agenda mediática era dominada por temas como ésos y algunos internacionales, como la Guerra del Golfo: "Estados Unidos rechaza la propuesta de Gorbachov para que Saddam se retire de Kuwait". Sin embargo, el martes 19 de febrero de 1991 había algo más, había un partido de fútbol, en Rosario, en un Gigante de Arroyito repleto: Alfio Basile dirigía por primera vez a la Selección. ¿Cómo era aquel Coco? "Un tipo simple", resumen cinco de los titulares de esa noche, todos debutantes con la celeste y blanca en el 2-0 a Hungría. ¿Y qué les pedía el técnico? "Jueguen como saben". Así de sencillo, así de Basile.
"Lo mejor era la confianza que le brinda al futbolista", recuerda Diego Latorre. "Siempre eligió bien a los jugadores", refleja Fabián Basualdo. "Es un entrenador que no te miente", suena creíble Carlos Enrique. "Nunca te abruma con rebusques tácticos", describe José Luis Villarreal. "Impone presencia", destaca Darío Franco. Dos zagueros, dos laterales con marca y proyección, dos volantes de equilibrio y juego, un 10 por la izquierda, un delantero de moda usado como enganche y dos atacantes de alma. Un 4-3-1-2. Como ahora, como siempre. Y los diálogos del Coco con sus players que surgen como elementos distintivos en cada evocación. "Yo estaba especialmente nervioso —recuerda Latorre—. Jugaba en Boca, pero tenía 20 años. Y era delantero, casi puntero izquierdo, cerca de Bati, y Coco me usó de enganche. Me habló y le agregó cosas a mi juego sin necesitar 100 palabras: con 20 te dejaba clara su indicación".
Con 47 años y un título (Supercopa 88, con Racing), Basile tenía su estreno en la Selección hace más de 15 años. "Es muy cristalino para transmitir sus ideas —lo define Villita—. Todos estos éxitos con Boca no son pura casualidad. Le gusta el buen juego y no carga a ningún jugador con cuestiones innecesarias... Coco es un bohemio del fútbol".
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