martes, septiembre 18, 2007

Los mercados pueden tener falsas expectativas

Los mercados pueden tener falsas expectativas
September 18, 2007 4:05 a.m.
Por E.S. BrowningThe Wall Street Journal

Los inversionistas han cifrado sus esperanzas en que la Reserva Federal de Estados Unidos saldrá hoy al rescate. Sin embargo, las expectativas pueden ser desmedidas.
Aunque los mercados bursátiles se dispararon la semana pasada, impulsados por el optimismo de que la Fed reducirá las tasas de interés, un recorte no será un alivio inmediato para los problemas fundamentales que encara la economía estadounidense y sus mercados financieros. Entre éstos figura el deterioro del sector inmobiliario y los altos precios de la gasolina, lo que afecta el gasto de los consumidores.
Incluso si la Fed reduce las tasas en varias ocasiones, la economía y las bolsas probablemente tendrán que seguir lidiando con esos problemas hasta bien adentrado el próximo año.
Los mercados financieros están convencidos de que la Fed reducirá hoy la tasa de interés de corto plazo —tal vez incluso en medio punto porcentual— para estimular los mercados de crédito y el crecimiento económico. Sería el primer recorte tras 17 alzas consecutivas que llevaron la tasa desde un excepcionalmente bajo 1% en junio de 2004, a 5,25% en junio de 2006, porcentaje en el cual están ahora.
Muchos gestores de portafolio apuestan a que las bolsas se levantarán si la Fed reduce las tasas ahora. Esta creencia se basa en parte en la rápida recuperación bursátil que ocurrió después de que la Fed rebajó las tasas durante la crisis del crédito en 1998. Esto explica por qué el Promedio Industrial Dow Jones avanzó 329 puntos la semana pasada, un alza de 2,5%. Ayer, el Dow Jones bajó 39 puntos, un 0,29%, para cerrar en 13.403,42 unidades en una jornada marcada por la ansiedad de cara a la reunión de la Fed.
Sin embargo, algunos economistas temen que las expectativas están fuera de control. Lo que afectó el desempeño de las acciones en 1998 fue una combinación de la crisis asiática y la cesación de pagos de Rusia, lo que llevó al cuasi colapso del gigantesco fondo de cobertura estadounidense Long-Term Capital Management. Pero, a diferencia de 1998, los problemas de hoy son locales: la caída del sector inmobiliario y la contracción del crédito.
Aun si la Fed actúa con rapidez y recorta las tasas más de una vez en lo que queda del año —algo que muchos economistas anticipan— pasará tiempo antes de que se dejen sentir sus efectos sobre la economía. De hecho, el desplome inmobiliario podría empeorar antes de repuntar y, en vez de despegar verticalmente como sucedió en 1998, las bolsas estadounidenses probablemente tengan que navegar en aguas más turbulentas.
"En 1998 se trataba de cosas que ocurrían a un mundo de distancia. La crisis actual refleja un problema que está en el corazón de la economía de EE.UU.", dice Jan Hatzius, economista jefe para EE.UU. de Goldman Sachs Group Inc. "Hoy es mucho más serio que en 1998".
Un sondeo entre economistas realizado la semana pasada por WSJ.com, la página Web de The Wall Street Journal, colocó el riesgo de una recesión en EE.UU. en un 36%, frente a 28% en la encuesta anterior. Si bien la mayoría de los economistas no espera una recesión, temen que los efectos combinados de la contracción del crédito y la crisis inmobiliaria afecten el gasto de los consumidores, las inversiones de las empresas y las ganancias corporativas. Y esas son malas noticias para las bolsas.
Los inversionistas anticipan que las grandes firmas de inversiones, que en años recientes han sido muy rentables, sean duramente golpeadas por las turbulencias en los mercados financieros. Hoy, Lehman Brothers será la primera de las grandes firmas de Wall Street en anunciar los resultados del tercer trimestre. Posteriormente lo harán Morgan Stanley, Bear Stearns y Goldman Sachs.

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