jueves, septiembre 20, 2007

¿Una burbuja bursátil en los mercados emergentes? Ojalá que sí, dicen algunos

Por Justin Lahart y Joanna SlaterThe Wall Street Journal

Ahora que la crisis inmobiliaria de Estados Unidos forzó a la Reserva Federal a recortar las tasas de interés de corto plazo, todos quieren saber cuál será la siguiente burbuja. ¿Una de las respuestas más populares? Los mercados emergentes.
Las bolsas en todo el mundo celebraron el recorte decretado por la Fed el martes. Pero las acciones que más subieron fueron las de los mercados emergentes (que se definen como países de ingresos modestos pero de crecimiento rápido). El IPC, el índice bursátil de referencia de México, aumentó 2,8%, mientras que el Bovespa brasileño subió 4,3%, superando así el alza de 2,5% del Promedio Industrial Dow Jones de EE.UU.
Ayer, las bolsas asiáticas —que estaban cerradas cuando la Fed anunció el recorte— se unieron a la fiesta, con el índice Sensex de India elevándose en 4,2% para cruzar por primera vez la barrera de los 16.000 puntos.
La euforia por las acciones de los mercados emergentes se debe en parte a la creencia que el recorte de la Fed, junto a la postura más flexible del Banco Central Europeo, terminará por beneficiar a las economías de los países emergentes más que a otras economías. Los que defienden esta postura dicen que después de la crisis asiática y del semicolapso en 1998 del fondo de cobertura Long Term Capital Management, el dinero fácil fluyó al sector tecnológico de rápido crecimiento. La creencia que las acciones tecnológicas eran inmunes a cualquier bajón contribuyó a inflar la burbuja.
"Es como 1998 revertido", dice Michael Hartnett, un estratega de mercados emergentes de Merrill Lynch. "Es más probable que haya una burbuja. Pero sólo estamos al inicio de ese proceso". Por eso, cree que es un buen momento para invertir en esos mercados.
Hartnett no es el único que usa la analogía de 1998 o que cree que se está formando una burbuja. Hace un mes, el estratega de mercados emergentes de Morgan Stanley, Jonathan Garner, escribió que el actual entorno de mercado es "un espejo de 1998".
Christopher Wood, un analista de la firma CLSA Group, escribió a comienzos de agosto que "así como las acciones tecnológicas estadounidenses y después el financiamiento inmobiliario fueron los beneficiarios de la reducción de tasas de la Fed (después de 1998), ahora los activos de los mercados emergentes serán los probables beneficiarios de una burbuja creada por el venidero alivio que dará la Fed".
Una de las razones clave que explica por qué los mercados emergentes se han vuelto tan atractivos es el sólido crecimiento de sus economías y de las ganancias de sus empresas. Hasta ahora, los países emergentes se han protegido muy bien de la caída del sector inmobiliario en EE.UU. y los consiguientes problemas en los mercados de crédito. Todo esto sugiere que sus economías se han vuelto menos vulnerables y que, por lo tanto, sus títulos bursátiles deberían subir de valor.
Lo que llama la atención, afirma Robert Barbera, economista de Investment Technology Group Inc., es que la posibilidad de que se esté formando una burbuja en los mercados emergentes ha sido motivo de regocijo en vez de cautela. "Muy pocas personas dicen: 'Oh no, es una burbuja'", dice Barbera. "Lo que dicen es: 'Siiiií, es una burbuja'".
Lógica de burbuja
El entusiasmo de los inversionistas por ser los primeros en entrar a la siguiente burbuja se puede deber a la naturaleza humana. Vernon Smith, un profesor de la Universidad George Mason y ganador del Premio Nobel de Economía en 2002, ha realizado experimentos de mercado. En éstos, los participantes invertían en acciones que pagaban dividendos y que tenían un claro valor fundamental. Pero invariablemente se formaba una burbuja. Al repetir el experimento, se volvía a formar una burbuja. Los participantes decían que estaban sorprendidos por no haber sido capaces de retirarse del "mercado" antes del colapso.
"Lo que pasa con las burbujas es que en realidad son divertidas cuando uno está en ella, ya que se gana mucho dinero", dice Julian Mayo, director de inversiones de la firma inglesa Charlemagne Capital, que gestiona US$5.000 millones en acciones de mercados emergentes.

No hay comentarios.: