jueves, mayo 10, 2007

SI SEÑORES...SON UNICOS!!!! VAMOS BOCA CARAJOOOOO!!!!!!!

AYER SE DECLARO DIA NACIONAL DE SAN ROMAN Y SAN CARANTA


(Hace tiempo que no sufria asi como sufri anoche....)






Porque tenemo' aguante" cantan los hinchas de Boca, exultantes por el pase a los cuartos de final de la Copa. Pero ese gastado hit de guerra, desafiante y de guapo, anoche debería haber tenido una pequeña modificación. Guantes es en realidad lo que le sobró a Boca para sacarse de encima a Vélez. Guantes enormes los de Caranta para evitar una goleada catastrófica. Y guantes los de Riquelme, en forma de botín, para hacer temblar el travesaño de un latigazo y para acariciar la pelota y adormecerla. Aplaudan y no dejen de aplaudir. El 1 y el 10 le pusieron el pecho a la heroica de Vélez y a la venganza de La Volpe.El mejor arquero del Clausura debió utilizar distintos recursos para una tarea brillante. El equipo no se asentaba, hacía agua por los costados y sufría por el medio. Pero de a poco, el cordobés fue edificando un trabajo casi sin fisuras. Tuvo que salir apurado a rechazar con los pies una mala entrega hacia atrás de Ibarra y lo hizo. Como cuando debió descolgar centros o cuando le tocó ponerse la capa de Superman para volar y sacarle una bola imposible a Ocampo. O cuando necesitó achicar y mostrar sus grandes reflejos al mandar al córner un rechazo de Ibarra que se anticipó al remate de Castromán. Pícaro, hizo tiempo cada vez que le tocó sacar del arco o cuando fue chocado por Balvorín y se quedó un rato en el piso, dolorido. Clave por donde se lo mire, un día va a revolcarse y terminará con Basile. "Fue complicado, menos mal que no entró la de Castromán en nuestra cancha, en el final", suspiró.Esos guantes salvadores tuvieron continuidad más allá de su área. Más precisamente en los pies sensibles de JR, quien con uno menos se paró de volante por izquierda. No fabricó el gol en contra de Bustos, pero casi. Antes de patear ese córner, le indicó a Palermo y a Palacio dónde debían colocarse. Su teledirigido se desvió en el 5 rival y adentro. La fortuna que tuvo en esa jugada le fue esquiva en el segundo tiempo, "con esos dos tiros en el travesaño", como dijo después. Pero lo mejor suyo no fueron esos remates ni el pase de magia, tras un quiebre de cintura bárbaro, a Boselli (le anularon el gol por offside), sino su viveza para entender el juego y tirarle hielo a la pelota cuando quemaba. En un rato, jugando con la desesperación de Vélez, amasó la pelota mientras Bustos y Cía. se resignaban a pararlo con infracción (recibió seis en la segunda mitad). Román, ofensivo por naturaleza, fue el mejor defensor de Boca. Y cuando no la tuvo, corrió y ayudó (hasta hizo un foul). "Sabía que íbamos a pasar. Nunca tuve dudas", afirmó. Su actuación quedó un escalón debajo de Caranta, quien, al final y a modo de ofrenda, le tiró los guantes a la tribuna. Sí, como para que canten "porque tenemo'...".



























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