viernes, marzo 23, 2007

EL TOLO GIGIO


PONELO AL ENZO LA PUTAAAAAAA QUE TE PARIOOOOOOOOOO!!!!!
PONELO AL ENZO LA PUTAAAAAAA QUE TE PARIOOOOOOOOOO!!!!!
A muchos les repiqueteaba la pobre actuación de Boca en México hace una semana. Y si no era algo alarmante, sólo se debía a que entre aquel partido y el de anoche, el equipo se había topado con una lucida goleada a Gimnasia. La prueba, esta vez de local, ante Toluca, trataba de un desafío de personalidad y de fútbol que se le planteaba a Boca, con un objetivo madre: determinar de qué lado estaba más cerca, si del que cayó casi sin ofrecer oposición hace siete días o el que vapuleó a su rival el domingo. El equipo necesitaba pisar fuerte, volver a ser gobierno, demostrar que hay una mística que embandera al multicampeón de América... Y qué mejor exponente, si de levantar banderas se trata, que Juan Román Riquelme. El y su magia; él y sus tiempos; él y su fútbol. A veces apuntado como si fuera el maligno en persona, Román fue el eje del bien. Y Boca no fue lento, fue talento, y del más puro. Del que moviliza la pelota con estilo, que maneja los tiempos según la ocasión, que hace de cada toque una pincelada y de ahí surge un cuadro de lo más bonito. Y Boca lo fue metafórica y literalmente; porque quedó para enmarcar el pase genial, sin mirar, con el que dejó a contrapierna a tres defensores antes de que Boselli se contagiara de tanta brillantez y definiera con una vaselina excepcional, y porque, como nunca en esta Copa y como pocas veces en la era Russo, Boca fue un equipo de punta a punta. Como antes...Caranta apareció para sacar una difícil contra su palo izquierdo; Maidana subsanó una macana temprana que casi cuesta el 0-1 (Sinha reventó el travesaño) con un partido sólido que pagó doble con su gol de cabeza, el que le abrió el camino al equipo; Ledesma y Banega fueron tejedores incansables, que tocaron e hicieron circular la pelota absolutamente comprometidos con el ritmo de Román; Palermo, si bien no parece Palermo cuando no la mete, es siempre un tipo clave y temible, por lo que arrastra tras su espalda... Boca se destacó en cada línea y de todas hizo una, la que lo llevó a terminar floreándose cual entrenamiento distendido aunque, claro, el trabajo sucio ya estaba hecho desde hacía rato. Bah, sucio es una forma vulgar de decirlo, porque en realidad fue limpito como el fútbol que salió de los pies de Riquelme, desde donde se moldeó la victoria. Gol a gol, con su centro de perfecta precisión en el primero; con su sacrificada definición, más a lo Palermo que a lo Román, en el segundo (el suyo) y con el tercero, ya dicho, a través de un toque —asistencia— magistral a Boselli. Así, a la larga o a la corta, no hay rival que aguante. Y el Toluca del Tolo, que salió a aguantar decididamente, a esperar que el tiempo corriese y jugase a su favor, sucumbió fácilmente y terminó mostrando una apatía inusual en un equipo de Gallego, que otra vez se vuelve a casa con un tri en contra después de Boca.Igual, tranquilo, eso del tri fue una casualidad: pudieron ser cuatro o cinco...

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